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viernes, 4 de mayo de 2018

Inician las Batallas del Posconflicto

Les compartimos esta reflexión publicada en la página de Tercera Información con respecto al cierre de ciclo de ETA anunciado hace ya unos días y materializado hoy en Kanbo:


Roque González La Rosa

En 1959 conforme el momento que vivían los movimientos de liberación en el mundo nace ETA, una expresión de rebeldía contra los estrechos horizontes del PNV. Nacida bajo el influjo de su tiempo, el nacionalismo vasco incorpora el componente ideológico que le daría décadas de resistencia, ETA nace como un movimiento de liberación nacional de orientación marxista como lo ratifican sus conferencias fundacionales, es un llamado a la acción en una época en la que además se revitalizan los conflictos coloniales. En este camino los vascos desarrollan sus formas particulares de accionar, los medios europeos pronto hicieron inseparable los adjetivos, banda terrorista de las siglas de la organización independentista, sus dirigentes se convirtieron en cabecillas, las mujeres militantes en pistoleras y así toda la industria mediática cerró filas para ganar su primera batalla, y en efecto el accionar de ETA se conoció más por el impacto de sus acciones armadas que por su proyecto independentista, de rescate cultural del euskera y un proyecto socialista de autonomía nacional para el país vasco. Hoy se disuelven dando cierre a su ciclo histórico señalan, con el puño en alto culmina los esfuerzos que gestaron Argala, Olaia Castresana y centenares de militantes que hoy incluso siguen llenando cárceles españolas.

Los independentistas vascos nunca le sacaron el cuerpo al deber internacionalista, y siempre se les encontraba en eventos internacionales, sus gestoras proamnistía, sus diversas manifestaciones proscritas por la democracia española eran más fácil verlas en el exterior. Supieron estar en Nicaragua sandinista, Venezuela bolivariana, Colombia insurgente, donde se daban formas de confrontación estaban los vascos para difundir que su lucha trascendía las acciones, y para instruir en desarrollar acciones también. Durante los años noventa los presos políticos del MRTA en el Perú sostuvieron relaciones políticas y de solidaridad con colectivos de presos políticos vascos dispersos en cárceles españolas. Quienes luchan por tener patria abrazan fácilmente las adoptivas.

El establecimiento español se anuncia ajeno a la voluntad de paz, no hay proceso, hay tratamiento policial para un conflicto de profundas raíces. Aquí también la derecha busca hacer trizas los avances de la paz, los pasos concretos los evidencian los alzados en armas y no las autoridades de estado. Los estados francés y español se han mostrado ajenos al proceso tejido en el País Vasco, han venido optando por la mano dura, por el gesto guerrerista. Mientras la comunidad internacional ve con expectativa la superación de la más enraizada resistencia armada en Europa, el ministro del interior español declara inflamado que tras la derrota de ETA empezará a perseguirlos, que el problema de los presos se resuelve con arrepentimiento y delación, un personaje al que pronto barrerá de escena la fuerza de los acontecimientos.

El problema frente a los estados limítrofes permanece, las causas del conflicto se sostienen, la organización es la que ya no corresponde. También subsiste el problema de los presos, de las víctimas, un terreno en el que el pueblo vasco tiene sólida tradición de involucramiento de su sociedad civil y frente al que no bastará la respuesta de un ministro policial. Sin el fantasma de ETA será difícil sostener las cárceles de venganza para los presos vascos.

ETA se disuelve de manera irreversible y permanente, todas sus golpeadas estructuras se desactivan para diluirse en el movimiento social, las contradicciones internas en su dirección, su distanciamiento de la izquierda abertzale, la cooperación policial internacional ha acabado con esta agrupación. Seguirán siendo actores de la política independentista, sus presos seguirán siendo recibidos entre himnos y consignas, inician las batallas del posconflicto.






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