Un blog desde la diáspora y para la diáspora

martes, 10 de enero de 2017

De Allende a Maduro

Continuamos en el Cono Sur con el tema de Venezuela y las veleidades golpistas en los que está incurriendo la atrincherada derecha y sus aliados en el "centro".

Así que, después de haber leído el Cronopiando en el que hace Koldo hace mofa del hipócrita y patético victimismo Obámico con respecto a la supuesta injerencia rusa en el proceso electoral que le diese el triunfo al churrigueresco Trump, les presentamos este análisis publicado por Investig'Action:


Alex Anfruns

Más allá de la propaganda sistemática de los medios contra el gobierno venezolano, conviene interesarse en las acciones de la oposición, que ostenta el poder legislativo desde hace 1 año. Apelar a las fuerzas armadas, acusar al Presidente de violar la constitución, o anunciar su destitución…La oposición parece inspirarse en la Asamblea Nacional de Chile durante los meses previos al golpe de Estado contra Allende. Un programa más bien curioso para quienes se hacen llamar a sí mismos ¡defensores de la democracia y los derechos humanos!

Ganadores y perdedores de la crisis económica

Al contrario de lo que había prometido el día de elecciones en diciembre de 2015, la oposición no ha hecho nada para “acabar con las colas.” Desde entonces, tampoco ha considerado oportuno apoyar las iniciativas del gobierno en el contexto de la guerra económica. En lugar de eso, contando con el apoyo de los medios, la oposición ha multiplicado los llamamientos al mundo entero para denunciar la gestión de la crisis económica del gobierno Maduro y acusarle de todos los males.

La narrativa dominante impone una lectura unidimensional: la responsabilidad de la crisis recae plenamente sobre el gobierno bolivariano. Es como si, de la noche a la manana, la derecha hubiese descubierto que los ingresos del Estado venezolano siempre ha dependido en gran medida de los precios del petróleo. “¿Qué habría hecho la oligarquía si tuviese que gobernar el país con el crudo a 24 $ por barril?” – Preguntó el presidente Maduro a sus oponentes, “envalentonados por la embriaguez del poder”.

Para complicar más las cosas, la economía no se ha diversificado y se siguen importando casi todos los productos, lo que ha facilitado que la oligarquía los acapare y especule con su precio. Hay que recordar que la oligarquía chilena también había provocado una escasez con el fin de sembrar el descontento en la población y preparar el terreno para los golpistas.

Negar la realidad de la guerra económica es una estrategia política que les salió por la culata. El resultado de una encuesta muestra que el 66% de los venezolanos considera que “la oposición habla sólo de derrocar a Maduro, pero aún no ha presentado un plan para solucionar los problemas económicos.” Y el mismo estudio también indica que el 68% de los venezolanos “estaría de acuerdo en que la oposición apoye al Presidente Maduro para resolver los problemas económicos del país”.

¿Una Mesa de Diálogo relámpago?

Invitada en repetidas ocasiones por el gobierno, la MUD se vio obligada a participar en la mesa de diálogo con el apoyo de la UNASUR, el Vaticano y personalidades como el ex presidente español Rodríguez Zapatero. Durante una de esas discusiones, llegó a indicar que su voluntad era “trabajar juntos en el campo económico y social con el fin de luchar contra todas las formas de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana”. Como se suele decir en estos casos, más vale tarde que nunca …

Pero al negarse a continuar asistiendo a la mesa de diálogo a finales de año, la derecha ha perdido una oportunidad histórica, para ejercer una oposición constructiva y apoyar iniciativas a favor de los más desfavorecidos. Porque, en medio de innumerables dificultades, la Revolución Bolivariana ha continuado la ejecución de su ambiciosa agenda social, particularmente en el área de la salud y la vivienda a través de las Misiones Barrio Adentro y Vivienda.

Y para hacer frente a los oligopolios de guerra económica como las empresas Polar, el gobierno también fortaleció los “Comités Locales de Aprovisionamiento y Producción” (CLAP), como una respuesta urgente a la crisis. Por ejemplo, en 2016 la distribución de alimentos ha alcanzado un promedio de 30.000 toneladas por semana a través de 21 000 comités desplegados en todo el país.

En 2017, se prevé aumentar a 41 000 toneladas por semana. Y en enero, el presidente obrero Nicolás Maduro ha anunciado también un aumento del salario mínimo y las pensiones en un 50%. Así, con la tarjeta que da derecho a la “canasta socialista”, los trabajadores aumentan su poder adquisitivo al mínimo legal de 104 mil  bolívares.

Amigos que caen del cielo

Ocultando cuidadosamente esas informaciones, los medios de comunicación siguen desarrollando la imagen de un “estado fallido”.  Esa asociación de ideas serviría para justificar una intervención extranjera o un golpe. Las formas pueden variar, pero el objetivo sigue siendo el mismo: demonizar y derrocar a Maduro. Y desde que en el año 2013 el pueblo soberano le eligió para continuar la obra del Comandante Eterno, las ocasiones no han faltado. Resistir al golpismo se convirtió en una especialidad del gobierno.

Apelar a las fuerzas armadas, acusar al presidente de violar la constitución, o anunciar su destitución en unos meses… La oposición parece inspirarse en la Asamblea Nacional de Chile durante los meses previos al golpe de Estado contra Allende. Las llamadas a la calle y a “tomar el Palacio de Miraflores” se desinflaron sistemáticamente desde la operación “La Salida“.

A cambio, el año pasado las llamadas de auxilio enviadas al exterior obtuvieron la respuesta del Secretario de la OEA, Luis Almagro, quien amenazó con activar los mecanismos de la “Carta Democrática “. Almagro se limitó a seguir los pasos de Obama, cuando reiteró su decreto por segundo año consecutivo, según el cual Venezuela es “una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de los Estados Unidos.”

Claramente, esta “orden ejecutiva” equivale a un permiso de injerencia donde quiera que la primera potencia militar en el mundo invoque una supuesta amenaza. Durante ese tiempo, el gobierno ha llamado a la oposición a continuar el diálogo. Y siguió demostrando que era capaz de movilizar al pueblo contra las amenazas, como lo hizo durante la marcha antiimperialista de 17 de diciembre. El reciente anuncio de un acuerdo entre Colombia y la OTAN, hace que esa amenaza sea más tangible que nunca.

La nueva ola bolivariana

Sin embargo, la campaña mediática mundial contra Venezuela todavía ha tenido el mérito de revelar algo: la oposición no tiene el menor deseo de luchar contra la pobreza y la desigualdad. En realidad, está ansiosa por regresar a los años del neoliberalismo, cuando la socialdemocracia se confabuló con el FMI para desmantelar el estado y distribuir miseria a la gente. Y cuanto más pasa el tiempo, más se desacredita. Al negar las conquistas de la revolución, la retórica de la derecha aparece impotente frente a la nueva ola bolivariana.

Pero seamos precavidos: no hay que subestimar la capacidad de los medios para generar amnesia colectiva. Para aquellos que, ante la presión del discurso anti-Maduro, prefieren darse buena conciencia y creer que una oposición tan golpista estaría a pesar de todo en el “lado correcto de la historia”… los pueblos de Nuestra América saben qué responder:

“¡ Allende presente, ahora y siempre !”

“¡ Chávez vive, la lucha sigue!”







°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario