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domingo, 20 de marzo de 2016

Recordando al Mariscal Pedro de Navarra

Les compartimos este texto acerca del Mariscal Pedro de Nabarra, gran héroe del pueblo vasco, mismo que Mikel Zuza ha dado a conocer en su perfil de Facebook


Hace hoy 500 años justos que castellanos y beaumonteses apresaron en Burgui al mariscal Pedro de Navarra, uno de los casos más extraños de lealtad que pueden verse en la historia.

Sólo una vez, estando en Logroño como embajador de los reyes Juan y Catalina en el preciso instante en que se estaba iniciando la invasión de Navarra, juró fidelidad al rey castellano. Lo hizo porque éste -siempre tan "Católico" y además en su propio terreno- debió presionarlo de manera irresistible. Pero en cuanto tuvo oportunidad escapó y se puso a las órdenes de sus reyes verdaderos. Se exilió con ellos, y con Juan de Labrit volvió en septiembre de 1512 para recuperar el reino. Fue quien llevó la bandera de Navarra en el fallido asalto definitivo del 29 de noviembre de 1512.

En 1516, ambos volvieron a intentarlo, con las consecuencias ya conocidas: el rey Juan pudo escapar a uña de caballo y murió al poco tiempo. El mariscal Pedro fue hecho prisionero, puesto en hierros, y llevado a Castilla, porque el cardenal Cisneros sabía demasiado bien que lo mejor era sacar cuanto antes de Navarra al símbolo de libertad en que se había convertido.

En los seis años posteriores fue "conminado" varias veces a que jurara fidelidad al nuevo rey de Castilla, que se había convertido también en emperador de Alemania. Él contestó en todas las ocasiones: "Una vez más suplico, con toda humildad posible a su Majestad, se sirva demostrar conmigo la magnificencia que ha de esperarse de semejante Alteza, devolviéndome la libertad entera y el permiso de ir servir a quien verdaderamente estoy obligado. Así, la fidelidad, la limpieza que su Alteza quiere y estima de sus servidores, yo podré guardarla a mis soberanos".

En 1522 lo suicidaron en el castillo de Simancas. En un mundo de siervos y de cobistas, él era un ejemplo demasiado incómodo, porque Fernando "el del Cólico" y Carlos V pagaban mejor, pero Pedro de Navarra se mantuvo siempre fiel a sus reyes, y lo hizo exclusivamente porque les había dado su palabra. Palabra contra dinero, ¿difícil elección?

A día de hoy, el mariscal sigue sin tener una calle en Pamplona, y hace tan sólo cuatro años se le negó una estela de reconocimiento junto a la iglesia de San Pedro de Estella, donde se supone que está enterrado. La Institución Príncipe de Viana dijo en su informe que "no pegaba con el entorno", haciendo así -naturalmente sin querer- la mejor definición y el elogio más cierto de don Pedro de Navarra.

El dibujo es del gran Martin Altzueta.






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