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domingo, 25 de enero de 2015

La Merecida Oficialidad

Les compartimos esta entrevista publicada en Noticia de Álava:


“Para quien se siente vasco poder competir como Euskal Herria es algo muy grande”

Probablemente nada más simbólico que el tira y afloja, la paciencia y la fortaleza que exige la soka-tira para la obtención de la oficialidad, extraordinario hito deportivo que ha logrado el premio SAF.

César Ortuzar

“Orgulloso y feliz” por el premio que la Sabino Arana Fundazioa otorgará hoy a la Federación Vasca de Herri Kirolak por la consecución de la oficialidad por parte de la Federación de soka-tira, Bernardo Ureta, Urpe, máximo dirigente de la vasca, asume que el premio es para “todos los que durante cuarenta años han luchado sin descanso con la idea de que Euskal Herria sea reconocida internacionalmente y pueda competir de igual a igual”.

¿Qué supone la oficialidad para ustedes?

-De primeras, para la Federación vasca como tal, se trata de un reconocimiento a algo que llevábamos buscando durante más de cuarenta años. Hemos estado cuarenta años de despacho en despacho persiguiendo este sueño. Hemos insistido, insistido e insistido. El trabajo ha sido duro y muy largo para conseguir la oficialidad. No estamos hablando de dos o tres años buscando esto, hablamos de una historia larguísima. Hasta ahora, la Federación de Soka-tira siempre que había ido a campeonatos de la TWIF (Federación Internacional de Soka-tira), que es una asociación de soka-tira a nivel mundial, siempre fue bajo la denominación de Spain. Aunque siempre empleamos simbología vasca en los uniformes. Ahora, por fin, hemos conseguido cerrar un libro, pero aquí no acaba la historia. Empezamos un nuevo capítulo: ser miembro de pleno derecho no solo en las competiciones internacionales sino también en los lugares donde se toman las decisiones.

¿Entiende que la oficialidad, en cualquier caso, va más allá del ámbito meramente deportivo?

-Sí, no solo se trata de poder competir. Somos la primera selección vasca oficial que tiene el reconocimiento internacional de pleno derecho. A parte de competir con la selección vasca, con su nombre, bajo la ikurriña, nosotros tenemos asiento, voz y voto en la TWIF y eso es lo más importante. Somos uno más. Ahora podemos acudir a las diferentes reuniones o asambleas de la TWIF siendo uno más. A la misma altura de los demás. Gracias a la oficialidad podemos competir bajo la denominación de Euskal Herria-Basque Country, en la distintas especialidades, tanto en tierra como en goma, y además estar en el lugar donde se toman las decisiones, siendo partícipes de ello. Eso es un gran triunfo.

¿Es un sueño hecho realidad?

-Pues sí, para el que se siente vasco poder competir como Euskal Herria es algo muy grande. No es ir en contra de nada, en plan No soy español. Se trata de que queremos que se nos reconozca internacionalmente y eso es lo que hemos conseguido.

¿Es la oficialidad la gran victoria del deporte vasco?

-Yo creo que sí. Lo que hay que dejar claro y, en eso los medios de comunicación tenéis que hacer un gran trabajo, es que cuando hablamos de federaciones internacionales, estas no existen. La FIFA (Federación Internacional de Fútbol) no es una federación y el COI (Comité Olímpico Internacional) tampoco lo es. Se tratan de empresas privadas con sus propios estatutos y normas de competición y sus normativas disciplinarias. Dentro de sus estatutos dicen cómo hay que competir. Se trata de adaptarse a lo que dicen ellos, a sus normas. Ellos ponen las reglas y si cumples, puedes competir. Estar dentro o no, lo deciden esas empresas, no lo hacen ni los Estados ni las constituciones, aunque evidentemente existen presiones. Para nosotros es un orgullo que una organización internacional, una empresa privada, nos acepte y que se pueda abrir el camino en el futuro para otras selecciones. Para el tema de fútbol, por ejemplo no hay que hablar con Madrid, hay que hablar con Blatter, con la FIFA, porque son ellos los que al final deciden quién entra y quién no.

¿Después de tantos reveses, de cuarenta años de lucha, esperaban ser aceptados?

-Sinceramente, no. Porque cuando de por medio existe política y dinero siempre hay trabas de distintas instituciones, organismos... Incluso del Gobierno español para qué vamos a engañarnos. Se ha estado mareando la perdiz, pasándose la pelota de unos a otros. La ley del deporte de 2012 daba la opción: si una disciplina que estaba representada en un ámbito territorial pero no estaba representada en el ámbito estatal podía ser representada a sí misma en competiciones internacionales. En 2012 llegó la ley del deporte vasco y pudimos alegar que la ley nos ampara. A pesar de ello, fue la TWIF, después de varias consultas a otros organismos, la que decidió en una votación interna dar luz a nuestro ingreso. No ha sido tan fácil. La última palabra era de la TWIF. Temíamos otro rechazo. El permiso lo tiene que dar la TWIF.

¿De dónde sacaron las fuerzas para insistir una y otra vez?

-En esta historia hay mucho de cabezonería. Lo típico: le dices a un vasco que hay un muro grueso y que es incapaz de tirarlo y va de cabeza. Además de insistir, hay que ser paciente en este tipo de cosas. Si te dicen que no, tienes que seguir y encontrar los resquicios legales. Luego había un caldo de cultivo que era que los equipos de soka-tira competían a nivel internacional desde hacía mucho tiempo. Además siempre ha habido sabía nueva, gente con ganas de hacer cosas y sacar esto adelante. Eso también ha sido muy importante. Pero esta lucha tan dura también ha dejado a clubes fuera. No todos han tenido la misma paciencia para esperar esta oportunidad. En algunos pueblos se echaba en cara a los equipos que competían bajo el nombre Spain, si bien nunca se ha llevado ropa o simbología. Lo que me fastidia es que esos mismos no decían nada a los futbolistas que competían internacionalmente y que como no pueden hacerlo con Euskal Herria, lo hacen con España. Creemos que competir a nivel internacional como Euskal Herria puede ser un estímulo para que surjan nuevos equipos y resurja la soka-tira. Antes se competía bajo la denominación Spain sí o sí y en algunos pueblos que tenían equipos eso no gustaba y la gente lo fue dejando. La política lo ha enturbiado todo. La cuestión era que si querías competir a nivel internacional, (jueves y viernes se compite por equipos, por clubes, como si se tratara de la Champions League, y el fin de semana por selecciones) que para los deportistas es uno de los mayores estímulos, lo tenías que hacer bajo el rótulo de Spain y eso suponía negar el origen de uno.

¿Qué sintió al recibir la noticia de que ya eran una selección a todos los efectos?

-Un escalofrío. Tuve que leer la noticia tres o cuatro veces en Internet para creerlo. No me lo creía. Ahora, con los pies en el suelo, varios meses después de que se nos aceptara como miembros de pleno derecho, es el día que siento mucha alegría como vasco, pero también me da mucha vergüenza porque ningún partido político ha sido capaz de mandar un escrito a la Federación Vasca felicitándonos por lo conseguido. Ningún movimiento de los que existen en Euskal Herria en favor de las selecciones vascas ha mandado ningún escrito a la Federación vasca en señal de agradecimiento. Esto ha sido un trabajo de muchas personas durante cuarenta años. Personas que han pasado por aquí, que se han quemado, que lo han intentado todo y se merecen un reconocimiento. Se han hecho infinidad de reuniones para sacar esto adelante y las personas que han acudido a los distintos organismos lo han pagado de sus bolsillos, quitándose días de sus vacaciones, también los deportistas. Competir no es gratis. Por ejemplo, la gente que va al Tour tiene que pagar una pasta para competir. En todas las competiciones hay que pagar para competir. Esto no es gratis.

¿Los triunfos saben mejor cuando uno compite con los colores que desea?

-Sí, claro. Pero a la vez ha habido mucho nerviosismo. Nos esperábamos mejores resultados, aunque tampoco nos podemos quejar. Llega un momento en el que estás tirando a tope, con la adrenalina por las nubes, y de repente te giras y ves la ikurriña y es que no te lo crees. Te tienes que pellizcar porque no parece real.

¿Es un plus a la hora de competir hacerlo defendiendo la camiseta que uno quiere?

-Yo creo que sí. Y espero que sea un estímulo para que resurjan los equipos que se han quedado por el camino, que resurjan de sus cenizas como el ave fénix. Para la gente que ha seguido compitiendo durante estos años hacerlo como Euskal Herria es un aliciente.

¿Cuenta el sentimiento a la hora de tirar?

-Pienso que no es lo mismo competir bajo una bandera u otra. Hacerlo como Basque Country es un plus, no hay duda.

¿Cree que son el principio de un cambio más profundo?

-Creo que sí. Diferentes federaciones que podían pensar en tirar la toalla pueden ver que el cambio es posible. Da igual que lo hayamos conseguido nosotros en soka-tira, eso es lo de menos, somos los primeros, pero eso no significa que seamos los mejores. Esto puede servir de acicate para que otros también lo consigan y sigan perseverando en la idea. También es cierto que hay que tener la cabeza y los pies en el suelo por mucho que el corazón vuele. Hay que hacer las cosas bien, con paciencia. No se trata de hacer más o menos manifestaciones sino de hablar con quien haya que hablar. La clave es convencer a los organismos internacionales, que no dejan de ser empresas privadas, para poder ser aceptado. Por ejemplo, la FIFA reconoce a Galés, Escocia e Irlanda, además de Inglaterra para sus competiciones. Para la FIFA, Gran Bretaña puede ir desglosada a la hora de competir porque así lo dicen sus normas. Sin embargo, un galés que quiera participar en unos Juegos Olímpicos tiene que ir bajo el pabellón de Gran Bretaña porque el COI tiene otros estatutos. Si ese galés al que acepta la FIFA quisiera competir en los Juegos Olímpicos tendría que convencer al COI porque se trata de otra organización. A ellos no les vale que se les diga: Es que la FIFA nos deja. La FIFA y el COI son distintos.

¿Opina que las instituciones pueden hacer más en favor de la oficialidad de las selecciones vascas?

-Creo que sí. Al fin y al cabo, si no tienes el apoyo de la instituciones... Imagine que los vecinos de un bloque quieren un jardín para el barrio, pero el barrio lo componen cincuenta edificios, pues necesitas la unión de todos los bloques. Y si en el ayuntamiento de turno no existe un concejal que apoye ese proyecto, alguien que lo impulse, pues al final acabarás haciendo una manifestación: mucho ruido y pocas nueces. Para conseguir grandes cosas hay que olvidarse de la política y tocar las puertas que hay que tocar. Si mezclamos política y deporte, apaga y vámonos.

Las claves

“No es cuestión de hacer manifestaciones sino de tener los pies en el suelo, hacer las cosas bien y hablar con quien haya que hablar”

“Esto puede servir de acicate para que otras federaciones que podían pensar en arrojar la toalla sigan perseverando en la idea de la oficialidad”

“No es ir en contra de nadie, se trata de que queremos que se nos reconozca internacionalmente y eso es lo que hemos conseguido”




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