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martes, 2 de diciembre de 2014

Recordando a Aitor Zabaleta

Una vez más la brutalidad característica de ciertos grupos de fanáticos al futbol ha causado una muerte.

Este drama se vive en todos los rincones del planeta, pero en Españistán, donde todo es diferente, las cosas tomas un cariz un poco distinto. Los grupos más violentos están directamente relacionados con los cuerpos represivos que Madrid tiene desplegados por toda la geografía del estado español.

Así, no es raro que entre las barras del Atlético de Madrid y del Real Madrid se puedan ver símbolos fascistas de antaño y hogaño. Es de lo más normal ver banderas nazis y neonazis en el graderío de los estadios Santiago Bernabeu (quien fuese un militante franquista) y Vicente Calderón.

El régimen borbónico, tan raudo al momento de actuar en contra del pueblo vasco al respecto de las fotos de los presos políticos, se muestra sospechosamente lento en lo que se refiere a la forma en la que estos grupos muestran sus filiaciones fascistas abiertamente.

En ese tenor, les presentamos este texto publicado en La Información:

 


El 9 de diciembre de 1998 el seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta fue apuñalado en los aledaños del Vicente Calderón.

El lamentable suceso que ha acontencido en los aledaños del Vicente Calderón no es el primero que cometen los ultras rojiblancos.

El 9 de diciembre de 1998 el seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta fue apuñalado en los aledaños del Vicente Calderón por el uno de los ultras del Atlético de Madrid, Ricardo Guerra Cuadrado. El hincha del club donostiara murió de madrugada en la Fundación Jiménez Díaz.

Aquel suceso también se produjo antes del partido de eliminatoria de la UEFA que más tarde disputarían Atlético de Madrid y Real Sociedad. El autor del asesinato fue condenado a 17 años de prisión, y actualmente se encuentra en segundo grado penitenciario.

Los ultras del equipo coruñes del Deportivo también vivieron en sus carnes la juerte de un hincha en la primera jornada de la Copa del Rey de 2003, que había comenzado como otra fiesta del fútbol, se tornó en trágica con la muerte de un aficionado del Deportivo al término del encuentro que este equipo disputaba frente al Compostela, en el estadio de San Lázaro.

La víctima fue Manuel Ríos Suárez, de 31 años, casado y con dos hijos, quien falleció, según algunas fuentes, después de recibir un fuerte golpe en el hígado, y tuvo que ser trasladado urgentemente al Hospital clínico de Santiago, donde ingresó cadáver.




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