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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Euskal Herria Ilustrada

Les compartimos este reportaje publicado en Noticias de Navarra:


Historia ilustrada de Euskal Herria

El historiador Joseba Asiron y el dibujante Martintxo Altzueta inician con Txalaparta un minucioso y necesario proyecto de recuperación de la historia de Euskal Herria en obras ilustradas.

Paula Echeverría

Divulgar de una forma visualmente muy atractiva y con un relato ameno la historia de Euskal Herria, y de Navarra como eje vertebrador de ese territorio, es lo que se han propuesto el historiador Joseba Asiron (Iruñea, 1962) y el dibujante Martintxo Altzueta (Iruñea, 1972). Trabajando mano a mano, y junto con la editorial Txalaparta, han iniciado ya este minucioso y, sobre todo, necesario proyecto de recuperación histórica y cultural con la publicación del primero de los cuatro tomos que conforman este recorrido que llegará hasta nuestros días.

Este primer volumen, que se presentó ayer en la librería Elkar Comedias de Pamplona, se corresponde con el periodo comprendido entre la Prehistoria y la Romanización, y nos permite conocer, entre otras muchas cosas, la dureza de la vida de nuestros antepasados los vascones en los refugios paleolíticos y su feroz lucha contra el oso cavernario; qué aspecto tenía el soldado vasco más antiguo conocido, o cómo fueron los primeros asentamientos vascones, la masacre del dolmen de Longar, el primer contacto con los romanos o la destrucción del poblado berón de La Hoya. 
Fruto de una ardua labor de investigación que tiene su origen en los restos hallados en Euskal Herria y con unos textos que ceden protagonismo y espacio a unas cuidadas ilustraciones, la obra Historia Ilustrada de Euskal Herria. De la Prehistoria a la Romanización (Historiaurretik Erromanizazior. Euskal Herriko Historia Ilustratua, en su edición en euskera) recrea por primera vez en imágenes los más importantes episodios históricos de Euskal Herria, poniendo rostro y situación a las y los verdaderos protagonistas de nuestra historia.

En palabras de Joseba Asiron, este proyecto es “desgraciadamente muy necesario hoy en día, porque tenemos una carencia total de obras de este tipo. Para empezar, nos encontramos en una situación en la cual la alienación que hay relativa a nuestra historia es total; todavía hoy se ve cómo la historiografía oficial somete a Navarra a unas obsesiones identitarias por parte de las élites que gobiernan que llevan a una manipulación absoluta de la historia, y la censura de libros de texto puede ser el elemento más claro, pero no es el único. Una censura que lleva por ejemplo a situaciones tan ridículas como que hoy en día se censure en Navarra el mapa de los dialectos del euskera que hizo el Príncipe Bonaparte en el año 1869”, denuncia. “Nosotros recuperamos aquí de una manera decidida la historia de Euskal Herria, la historia de Navarra como eje vertebrador de Euskal Herria, y reivindicamos de una manera muy clara a los vascones como nuestros antepasados, como nuestro estrato cultural originario”, añade Asiron, y apunta, en referencia a la censura que rodea al término Euskal Herria, que “la primera vez que se cita la palabra Euskal Herria, y por supuesto con Navarra incluida, es en el año 1564, es decir, exactamente 397 años antes de que naciera el consejero Iribas”.

El historiador destaca la aportación de este proyecto que publica Txalaparta en cuanto que “pone rostro y escenario a nuestra historia. Nos falta una iconografía propia, y este es nuestro granito de arena”. Por ejemplo, este primer tomo reproduce el que probablemente es el mapa más antiguo de la historia, que hace más de 13.000 años se grabó en una piedra en la cueva de Abauntz, en la Ultzama. Se pone rostro también al guerrero de Soalar, el que probablemente es el caudillo vascón más antiguo documentado. Se reproduce con varias ilustraciones la matanza del Dolmen de Longar, en Viana, “donde los arqueólogos encontraron dentro de un dolmen los restos de una treintena de individuos que habían sido asesinados en un enfrentamiento militar, que se cree que ocurrió en el 2.500 antes de nuestra era, o sea que estaríamos hablando de la matanza más antigua documentada dentro del solar vasco”, apunta el historiador. También se recrea cómo era la vida cotidiana de los hombres y las mujeres de la época prerromana, cómo se vestían, a qué dioses adoraban, incluso qué nombres tenían, entre ellos Eduntxe o Laurko. Estos detalles han constituido la labor de investigación y documentación más complicada, ya que se han divulgado muy poco en bibliografía. El libro recrea además en dibujos cómo eran las termas de Pompaelo, la Pamplona romana, incluso del mercado, el macellum, que estaba ubicado en la actual plaza de San José. “Hemos intentado por primera vez reconstruir todos esos escenarios que para las vascas y los vascos de la época fueron muy importantes, pero que por desgracia se han perdido”, cuenta Asiron.

Hechos y datos, ilustrar desde la ciencia

Cada ilustración obedece a un proceso muy largo y muy arduo de investigación. Para el dibujante Martintxo Altzueta, además, el periodo de la romanización era “un terreno virgen, que nunca había tocado, y ha sido muy motivador”. El mayor reto, dice, ha sido “el buscar la fidelidad y la seriedad a la hora de dibujar. Yo venía de hacer cómic, dibujos más informales y fantásticos, y pasar de ahí a un dibujo riguroso, serio, trabajado y encima con una base científica, que eso te limita también, ha sido todo un reto. Y la cantidad de dibujos que hay por tomo, casi cien ilustraciones de doble página por volumen... Al final el proyecto completo va a sumar 400 ilustraciones y a un nivel de trabajo alto y muy intenso”, cuenta Martintxo. El dibujante apunta que para recrear escenarios de la época se han inspirado bastante en el cine, y cita como ejemplo la película Robin y Marian, rodada por cierto en Artajona, “de la que cogí para elaborar un dibujo del tercer volumen, todavía sin publicar, una toma de una catapulta que estaban preparando los soldados para tomar Acre. Es una película muy realista y muy fiel a la historia”, dice Martintxo, quien añade que esos huecos que no puede llenar la documentación, los completa la fantasía. “Pero una fantasía factible, siempre con una base real, científica, que nos permite decir: esto pudo haber sido así”.

Y es que, en palabras de Joseba Asiron, este es “un libro de historia, un libro científico, que se basa en hechos y en datos reales. Eso sí, un libro fácil de leer y fácil de ver”, destaca.

En los siguientes volúmenes de este proyecto tendrán cabida los balleneros, el papel de los vascos y las vascas en la conquista de América, las guerras carlistas, la guerra civil, etcétera, en un largo periplo hasta nuestros días. Según avanzó ayer el editor de Txalaparta Jon Jimenez, el año que viene, 2015, “si todo va según lo previsto, se publicarán el segundo y el tercer tomo”.Además, Jimenez avanzó que a todo el que se acerque al puesto de la editorial Txalaparta en la próxima feria de Durango, que arranca el viernes, a comprar este primer volumen de Historia Ilustrada de Euskal Herria, se le obsequiará con uno de los bocetos que el dibujante Martintxo realizó para el libro.

El libro

Autores. Joseba Asiron y Martin Altzueta.Editorial. Txalaparta.

Colección. Amaiur. Es el primero de 4 volúmenes sobre la Historia Ilustrada de Euskal Herria, correspondiente al periodo que va de la Prehistoria a la Romanización.

Idiomas. Se han publicado ediciones en euskera y en castellano.

Precio. 19 euros.

Hace más de 13.000 años... el mapa más antiguo del mundo

Una reproducción fiel. Entre otras curiosidades, el libro reproduce el mapa más antiguo del mundo, que se grabó hace 13.360 años en una piedra en la cueva navarra de Abauntz (Ultzama). Pertenece al periodo Magdaleniense (Paleolítico Superior). Una persona salió de la cueva donde habitaba y se dibujó a sí misma, observando el paisaje que veía desde la entrada de la caverna. Arriba a la izda. se aprecia el perfil del monte San Gregorio. Debajo, el serpenteante trazado del río Zaldain, con indicación del lugar por donde puede cruzarse. Abajo a la izda, las espirales desordenadas representan charcas o zonas inundables, y hacia la dcha se representó la silueta de un ciervo. El artista terminó recreándose a sí mismo, abajo y en el centro, observando todo el paisaje.





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