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jueves, 20 de octubre de 2011

Misiva Cargada de Odio y Mentiras


A continuación les presentamos la laaaaaaaaaaaaaaaaaarga misiva que Antonio Basagoiti ha dirigido a los participantes de la Conferencia por la Paz en general y a Kofi Annan en particular:

Indignado con la «Declaración de Aiete», el presidente de los populares vascos se dirige al exsecretario general de la ONU para recriminarle su desconocimiento sobre ETA y su participación en la «Conferencia de Paz» de San Sebastián
Muy Sr. Mío:
Le escribo en mi calidad de presidente de una formación política democrática que representa a una parte de la sociedad vasca. Y le doy traslado a usted de esta carta como responsable de la “Declaración de Aiete”, leída en su presencia en la ciudad de San Sebastián el 17 de octubre.
Mi formación no asistió a la llamada “Conferencia de Paz”, en la que usted junto con otras personalidades tuvo una destacada participación, por lo que me voy a referir en este escrito al grupo del que forma parte, y al contenido de la declaración hecha pública a su conclusión.
No acudimos a la convocatoria porque considerábamos que, tanto por los promotores del evento como por los motivos esgrimidos públicamente con anterioridad, solo podía conducir a una importante distorsión de la realidad del País Vasco y del conjunto de España; distorsión que pudiera provocar unas conclusiones erróneas en un asunto tan sensible como es el terrorismo de ETA. Y a tenor de la declaración que leyeron queda, en efecto, demostrado lo equivocado de su planteamiento y lo acertado de nuestra decisión.
El sentido común me hace reflexionar que la postura adoptada por su grupo en la citada “conferencia” solo puede derivar de la falta de información sobre la realidad vasca y del conjunto de España, y sobre su historia reciente, así como por un profundo desconocimiento de lo que es ETA, quienes la componen y cuáles son sus pretensiones. Por lo que me permito darle traslado en estas líneas de algunos datos objetivos que puedan hacer que sus juicios y declaraciones sean más justos y, sobre todo, eficaces para acabar con la lacra del terrorismo, objetivo este que compartimos.
España es un Estado Social y Democrático de Derecho, bajo la fórmula de Monarquía Parlamentaria, desde la Constitución de 1978. Al amparo de dicha Carta Magna se constituyó la Comunidad Autónoma del País Vasco o Euskadi, gracias a la aprobación en 1979 del Estatuto de Autonomía llamado de Guernica. Estos marcos de convivencia, aprobados por los vascos en “referéndum”, han desarrollado instituciones democráticas elegidas por sufragio universal, gobiernos acordes con las mayorías parlamentarias derivadas de la voluntad de la ciudadanía, división de poderes, Justicia independiente y todo lo que conlleva una organización plenamente democrática.
Por el contrario, Euskadi Ta Askatasuna (ETA) es un grupo terrorista que ha asesinado a 857 personas y ha dejado miles de heridos y todo tipo de víctimas. Esta incluida por ello en la relación de organizaciones terroristas señaladas por el Consejo Europeo y también por Estados Unidos. ETA utiliza el crimen para alcanzar sus pretensiones de independencia, al margen de la voluntad de los ciudadanos y de las instituciones democráticas.De dicha banda terrorista también forman parte, como consta en ámbitos internacionales, las organizaciones que conforman un bloque común en ETA y pretenden ser su correa de trasmisión en las cárceles con los terroristas presos, en la extorsión para su financiación o en la presencia electoral para valerse para sus fines de la representación institucional.
Tan es así, que en 2009 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo avaló la ilegalización de Batasuna, que había realizado la Justicia española, en aplicación de la Ley de Partidos. Batasuna, por si no lo habían tenido en cuenta, es el grupo que ha promovido, con unos u otros testaferros, la organización de la “conferencia” a la que usted ha asistido.
La realidad es que España es una democracia, que el País Vasco tiene un gran grado de autonomía y decisión en notables ámbitos, que disponemos de gobiernos e instituciones democráticas. La verdad es que ETA es una banda terrorista con pretensiones de imponer su proyecto totalitario a la ciudadanía a través de la amenaza, la extorsión, el secuestro o el asesinato. Por ello es improcedente el preámbulo de su declaración, así como los 5 puntos hechos públicos tras su “conferencia”.
Comienzan su texto afirmando que han venido al País Vasco a finalizar “la ultima confrontación armada” en Europa. Aseguran que su experiencia ayudará a lograr terminar con la situación de violencia, que “hacen falta riesgos” y que la paz viene del poder de la “reconciliación”.
Quizás su experiencia en otros lugares y con otros asuntos les ha llevado a una distorsión de la realidad. Aquí no hay una confrontación armada en la que dos bandos por motivos étnicos, religiosos o como consecuencia de una ocupación colonial han estado en guerra; aquí hay una banda terrorista, la ultima de Europa, que amenaza y asesina a personas para someter a una democracia.
Aquí los riesgos son para los que defendemos la paz con libertad: solo mi formación política, como otras, ha enterrado a 23 responsables públicos asesinados por ETA. Aquí, más que reconciliación, que seria según la Real Academia Española de la Lengua “acordar ánimos desunidos”, habría que pedir a la parte atacante, ETA, que asuma su responsabilidad y reconozca el daño causado para poder convivir.
Lógicamente, la falta de conocimiento completo de la realidad da lugar al preámbulo de su declaración, y lo erróneo de este se concreta en los 5 puntos finales.
En el primero solicitan a “ETA hacer una declaración pública del cese definitivo de la actividad armada”. Van tarde, los vascos a estas alturas lo que queremos es la disolución inmediata e incondicional de ETA; llevamos sufriendo sus atentados 50 años, mas de 35 tras la muerte de Franco.
En el punto segundo instan a los gobiernos español y francés a iniciar conversaciones para tratar de de las “consecuencias del conflicto” Es decir, plantean exigencias por igual en una banda terrorista y en unos gobiernos democráticos, equiparan a quien ejerce la violencia con unos representantes de la ciudadanía. No sé qué le parecería al señor Johnatan Powell, que ha formado parte del ejecutivo de Blair, que se afirmara que hace falta que el gobierno británico acepte iniciar conversaciones con terroristas yihadistas para tratar de las consecuencias del conflicto que, por ejemplo, provocó 56 muertos y 700 heridos en julio de 2005 en Londres. Seguramente no le parecería sensato, ni procedente, ni ético, ni eficaz para convivir en paz.
En el punto tercero solicitan que se reconozcan a “todas las víctimas”. Lo de “todas las victimas” encierra la falsedad de que hay víctimas de dos bandos. Aquí solo hay víctimas del terrorismo perpetrado por ETA o del terrorismo cometido por el GAL. Ni una sola de los miles de víctimas, de asesinados y heridos ha empuñado un arma para tomarse la justicia por su mano; no han sufrido dos bandos, hay víctimas y verdugos. Verdugos fundamentalmente de ETA. El Estado se ha limitado -excepto en una actuación puntual, juzgada y condenada por la democracia-, a aplicar la ley y a que los delincuentes tengan que enfrentarse a la justicia con sus correspondientes condenas.
Quizás la distorsión de todas las victimas así como la de la reconciliación y la idea de los dos bandos viene motivada por la equiparación del asunto de Irlanda del Norte con el del País Vasco; muchos de ustedes son de las islas, pero tengan en cuenta que en Irlanda hubo 2056 víctimas del IRA y 1020 de los grupos paramilitares lealistas. La realidad española es que ETA ha asesinado a 857 personas y los que defendemos la unidad de España, cero; y jamás permitiríamos que se asesinara a nadie por tener ideas nacionalistas o de ninguna otra clase.
En el punto cuarto plantean que los representantes políticos junto los llamados por ustedes “no violentos” discutamos las cuestiones políticas que dan motivo al “conflicto” para que la paz sea duradera. Dejan incluso caer una de las reclamaciones de ETA, la autodeterminación, en forma de “la consulta a la ciudadanía”. Están proponiendo que discutamos y dejemos que la banda terrorista y quienes le justifican alcancen sus fines al margen de las instituciones y procedimientos democráticos para alcanzar la paz. Están planteando lo que lleva pidiendo años ETA, una mesa para tratar sobre las cuestiones que han pretendido alcanzar con el asesinato.
No creo que tengan ninguna duda de que en democracia no se obtienen réditos ni por asesinar ni por dejar de hacerlo. No se qué le parecería a la Sra. Gro Harlem Brundtland que alguien se presentara en la Noruega que ha gobernado asegurando que hay que dialogar con Anders Behring Breivik, o con quienes piensan como el, para tratar de la inmigración o de los musulmanes en su país. Seguramente no le parecería sensato, ni procedente, ni ético, ni eficaz para convivir en paz.
En definitiva, su actuación solo puede partir del desconocimiento o de la errónea información para llegar a unas conclusiones que a lo único que contribuyen es a dificultar el final del terrorismo. De sus premisas llegan a afirmaciones contraproducentes para lograr el objetivo que se persigue.
Lo que han hecho fundamentalmente es poner por escrito y con boato las tradicionales reclamaciones de Batasuna. Las pretensiones políticas de ETA, que sirven para justificar el terror practicado y para fortalecer su actuación totalitaria; en definitiva, como decía, para entorpecer el final del terrorismo. Cuanta más razón crean que tienen ETA y quienes le siguen, más difícil será que asuman lo injustificable del asesinato y más complicado será llegar al final.
Sé que ustedes son conscientes de que la memoria, el relato y la justicia son esenciales para poder convivir en libertad, pero en este caso reman en dirección contraria, e incluso contravienen sus propios planteamientos. El más destacado de los miembros de su grupo, Sr. Annán, manifestaba en 2005, concretamente en el X aniversario de las matanzas de Kosovo, que siempre habrá que reconocer el daño causado y enjuiciar a los responsables de dichos actos, a la vez que explicó que sin justicia no puede haber reconciliación, ni paz para los familiares de las víctimas. Ni para la sociedad en su conjunto. Aquí, en el País Vasco, vienen a sostener lo contrario.
Tampoco los planteamientos que hacen en el caso vasco de “todas las víctimas”, “conflicto armado” o “consulta a la ciudadanía” se le ocurrió proponerlos o justificarlos al miembro de su grupo D. Pierre Joxe sobre Córcega y el Frente Nacional de Liberación Corso cuando era ministro del de Interior o de Defensa en Francia. Le llamaba terrorismo y víctimas del terrorismo a lo que hacia el FLNC. Y se limitó a ofrecer un grado de autonomía irrisorio comparado con el vasco y logrado ya aquí hace décadas por vía democrática.
Tengan en cuenta que si esta memoria basada en la justicia y en la verdad no se realizará podría haber nuevos grupos que, basándose en la legitimación de la historia de ETA, quieran también emprender el camino de las armas para obtener estos u otros réditos políticos.
No olviden que en los últimos años ha habido muchos avances hacia la disolución de ETA basados en la reacción ciudadana, y también en la exigencia democrática, en la firmeza del Estado de Derecho, y siendo impecables en la aplicación de una ley con garantías para procesados y condenados por cometer delitos. Lo que nos ha llevado a esta sociedad a ver la luz al final del túnel no han sido planteamientos condicionados a expectativas radicales, que siempre han fracasado, y por el contrario sí el rechazo de la sociedad al delito y el escrupuloso respeto a las normas y procedimientos de una democracia avanzada como lo nuestra.
Esta carta pretende que usted conozca la realidad para que las reflexiones se hagan desde la racionalidad. Por eso es necesario que consideren que el número de seguidores de unas ideas, y no negamos que en el País Vasco hay quien respalda el proyecto de Batasuna, no hace legítimo su proyecto con sus medios y sus fines, y no hacen procedentes sus condiciones. No todas las ideas son defendibles, sólo las ideas que son democráticas. Jamás deberían ser respetables las ideas que pretenden exterminios o depuraciones por sexo, raza o religión por muchos seguidores que tengan. Lo que hay que hacer es la pedagogía democrática necesaria para que cada vez sean menos los que defiendan tesis que atentan contra los derechos fundamentales, como las de los que pretenden eliminar a quienes somos vascos sin ser independentistas.
Se cuestionó a Hitler
Menos mal que en esta Europa, en el siglo pasado, además de acabar con Hitler, se cuestionaron sus ideas y se impidió que quedasen legitimadas. Fue un acierto que no se permitiera que se justificaran los fundamentos del III Reich por el mero hecho de que hubo un buen número de alemanes respaldándolo. Y a nadie se le ocurrió presentarse en la Alemania de los 40 a afirmar que había que entenderse con los nazis y dialogar sobre sus planteamientos. Menos mal que se derrotaron los medios y los fines del proyecto de Hitler porque si no hoy Europa y buena parte del mundo podría tener gobiernos nazis.
Me he atrevido a abusar de su tiempo, y nosotros no se lo compensamos económicamente. Les quito unos minutos porque probablemente ningún gobierno democrático les haya informado de estas cosas, y porque no hay nadie con más ganas que nosotros de acabar con la lacra del terrorismo para poder vivir en libertad, pasear con nuestras familias por las calles, plazas y parques de Euskadi, así como poder defender nuestras ideas políticas en igualdad para disponer de mayores opciones políticas en nuestra tierra vasca.
Atentamente.
Antonio Basagoiti
Presidente del Partido Popular del País Vasco


Contestar a todo esto sería un ejercicio en futilidad así que simplemente le vamos a aplicar a Basagoiti un jaque mate en una sola jugada, ahí va:

¿Cuantos grados de separación hay entre Antonio Basagoiti y Adolph Hitler?

Veamos:

Antonio Basagoiti es un tonto útil del PP (a lo que él denomina "formación política democrática"), partido político que fue fundado por Manuel Fraga, Manuel Fraga fue miembro prominente del régimen de Francisco Franco, Francisco Franco tomó el poder a sangre y fuego ayudado por... Adolph Hitler, ese con quien se acabó y a quien le deslegitimaron las ideas, ideas que hoy defiende adivine usted... Anders Behring Breivik y... Antonio Basagoiti.

Tres grados de separación... por cierto, los mismos que unen a Antonio Basagoiti con Benito Mussolini.

Suficiente.




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