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viernes, 22 de mayo de 2009

Se Complica el Caso de los Espías Expulsados

El ministerio de propaganda franquista ha iniciado la campaña para tejer una telaraña de mentiras y tergiversaciones alrededor del caso de los espías españoles que habían infiltrado Cuba para incrementar la campaña represiva del gobierno de Madrid en contra del pueblo vasco a la isla caribeña.

Esta nota ha sido publicada en el ABC:

El CNI analiza su situación en Cuba tras el malestar del régimen por sus actividades

D. MARTÍNEZ / L. AYLLÓN / P. MUÑOZ | MADRID

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) evalúa su situación en Cuba después de que hayan surgido noticias del malestar del régimen de La Habana por algunos sucesos recientes que alcanzarían al servicio secreto. En sectores del CNI no se esconde el disgusto por lo que consideran una falta de respuesta adecuada a la reacción de las autoridades cubanas, según las fuentes consultadas por ABC.

Los agentes del CNI permanecen aún en la Isla, según los medios consultados, que precisan que sólo uno de ellos está en nuestro país, por vacaciones. No obstante, otras fuentes consultadas por Ep señalaban que varios de nuestros hombres han regresado a España por este asunto.

Mientras, en el CNI se evalúa desde la semana pasada la delicada situación, que se produce en un momento en el que el Gobierno español intensifica sus gestiones para intentar normalizar por completo las relaciones de la Unión Europea (UE) con el régimen totalitario que hoy encarna Raúl Castro.

Reunión en Praga

En este ámbito se inscribe la entrevista que se produjo la pasada semana en Praga entre el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, y su colega cubano Bruno Rodríguez en el marco de la reunión entre los países iberoamericanos del denominado Grupo de Río y la UE.

El incidente, que ha tensado las relaciones diplomáticas entre los dos países, se produce apenas dos meses después de la caída en desgracia de dos de los principales prebostes del régimen cubano, como eran el ex primer ministro, Carlos Lage, y el ex ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque. El régimen cubano apartó a los dos dirigentes el pasado 1 de marzo y 23 días después el hijo del primero abandonó la Isla en dirección a España, según medios periodísticos.

Tanto Lage, pediatra de 57 años y con fama de reformista, como Pérez Roque, de 43, ex secretario personal de Fidel Castro y supuesto «talibán», renunciaron a todos sus cargos tras conocerse su defenestración. Los políticos «fidelistas», siguiendo los métodos estalinistas, admitían «errores» que no precisaron, asumían «responsabilidades» y prometían lealtad a Fidel y a su hermano Raúl Castro.

En paralelo con estas caídas en desgracia se produjo, esa misma semana, la salida del diplomático Fernando Remírez de Estenoz, jefe de Relaciones Internacionales del PCC y amigo de Lage. También causó extrañeza la detención de Conrado Hernández, un vasco-cubano cercano a Carlos Lage y que era el enlace en la isla con el Departamento vasco de Industria. Meses antes hubo una comida en el departamento de Matanzas, en la que el empresario posee una vivienda, a la que asistieron tanto Carlos Lage como Pérez Roque. En ese almuerzo hubo fuertes críticas al régimen castrista, entre otras conversaciones comprometidas.

«The New York Times» informó de que al parecer el arresto de Conrado Hernández, delegado de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI), dependiente del Gobierno vasco, estaría relacionado con la supuesta grabación clandestina de conversaciones de altos cargos del régimen cubano, entre ellos los ya citados Lage, del que era amigo de la infancia, y Pérez Roque. El rotativo norteamericano citaba como fuente a funcionarios cubanos que pedian mantener el anonimato. Siempre según esa información, Conrado Hernández habría realizado las grabaciones durante fiestas habituales en su finca de Matanzas, para entregarlas luego a agentes de la inteligencia española.

Las fuentes consultadas por ABC precisan que el conflicto fue abordado por el ministro Moratinos en la reunión de Praga con su colega cubano. El asunto se ha mantenido en el más absoluto de los secretos, si bien ya desde la semana pasada existían noticias del fuerte malestar del Gobierno cubano. En España, mientras tanto, se prefería no hacer comentarios para «poder evaluar en su dimensión exacta» el alcance del problema, en cualquier caso muy grave y con pocos precedentes.

Control a etarras

Las fuentes consultadas destacan que nuestros agentes «han trabajado siempre con absoluta lealtad a sus jefes y en cumplimiento estricto de su deber» y enmarcan lo sucedido en los avatares propios de un régimen totalitario al que, desde dentro, se intenta buscar una salida.

Los servicios de inteligencia españoles tienen una intensa actividad en la Isla. Entre sus misiones está la de controlar a la decena de etarras que residen en Cuba.


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