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viernes, 17 de abril de 2009

Mientras Tanto en Chechenia

Estando ya en el tema de los genocidios y crímenes de lesa humanidad llevados a cabo por estados expansionistas en contra de las naciones sin estado, tenemos esta nota publicada en Gara:

Rusia anuncia oficialmente el final de la guerra en Chechenia

Diez años después, Rusia anuncia el final de su segunda guerra contra Chechenia, que no dudó en arrasar con su potencial bélico y con una estrategia de tierra quemada que generó reacciones desesperadas y sangrientas por parte de la guerrilla. Al igual que Bush en Irak, el Kremlin da por terminado el conflicto pero mantendrá tropas de ocupación, mientras mira de reojo la extensión de la rebelión en el Cáucaso Norte.

Dabid LAZKANOITURBURU

Rusia anunció ayer oficialmente el final de la segunda guerra de Chechenia, iniciada hace casi diez años con el objetivo de acabar con las reivindicaciones de independencia de aquel indómito pueblo norcaucásico.

«Siguiendo órdenes del jefe de Estado», el presidente Dimitri Medvedev, «el jefe del Comité Antiterrorista Nacional (CNA), Alexandre Bortnikov, ha anulado a las 0.00 del 16 de abril (ayer) la orden que declaraba que el territorio de la república (de Chechenia) era una zona bajo una operación antiterrorista», anunció el Kremlin.

El CNA encargó al mando de la agrupación militar en el Cáucaso Norte «adoptar medidas para optimizar los recursos y el número de efectivos emplazados en la zona acorde a las nuevas condiciones».

El comunicado no aporta precisión alguna sobre la cifra de tropas llamadas al repliegue y se limita a señalar que, a partir de ahora, «la lucha contra el terrorismo en esta república se llevará a cabo en consonancia con las normas que se aplican en las demás regiones del país».

El portavoz de las tropas del Ministerio ruso de Interior, Vasili Panchenkov, había adelantado hace semanas la cifra de los 20.000 efectivos de las fuerzas especiales. No obstante, fuentes del Ministerio recordaron que la 42 división motorizada (10.000 efectivos) del Ejército y la 46 brigada de las tropas de Interior seguirán en suelo checheno de forma permanente.

El hombre de Moscú en Chechenia, Ramzan Kadirov, coincidió en señalar que Rusia mantendrá contingentes de tropas en Chechenia. «Las fuerzas rusas no se van a retirar totalmente de la república, porque ellas nos protegen», subrayó.

El Kremlin reconoce que, pese a que los grandes combates con la resistencia finalizaron en 2002, Chechenia sigue siendo escenario de enfrentamientos esporádicos, mientras que la rebelión armada se ha extendido a territorios vecinos como Daguestán y, sobre todo, a la república de Ingushetia.

Todo ello no impidió a Kadirov reivindicar la «derrota» de los «bandidos», eufemismo con el que presenta a la guerrilla independentista chechena. «Si la operación antiterrorista ha terminado, eso quiere decir que hemos vencido a los bandidos. Y podemos anunciar tranquilamente la victoria».

Moscú promete que el fin de su operativo llevará aparejado el del estado de excepción reinante en Chechenia desde el comienzo de la segunda invasión rusa en octubre de 1999.

Un estado de excepción paralelo a la política de «tierra quemada» impuesta por el Ejército ruso en aquellas tierras y que generó un grado de muertos y de destrucción sin parangón en todo el planeta si tenemos en cuenta su extensión (similar a Nafarroa). Cálculos independientes elevan a 150.000 las víctimas mortales en las dos guerras declaradas por Rusia a la irredenta Chechenia desde el fin de la URSS.

El agujero informativo total impuesto por Moscú imposibilitaba estimar su población actual y la cifra real de refugiados en la diáspora, en todo caso muchas decenas de miles.

Y la editorial acerca de este tema:

Chechenia sigue ocupada y masacrada

El Gobierno ruso dio ayer por terminado el régimen de excepción que durante diez años ha impuesto en Chechenia y que convertía aquel territorio en «zona de operación antiterrorista». Al igual que en otros puntos del planeta, ésa o similar denominación es sinónimo de vulneración de derechos humanos. No obstante, detrás de esa decisión es posible que haya otros motivos más creíbles que la oportunidad de «normalizar» aquel territorio.

Con la complicidad de la habitual hipocresía de la comunidad internacional, que fue incapaz de levantar siquiera la voz ante el genocidio perpetrado en Chehenia en los últimos años del siglo pasado y primeros de éste, el Gobierno de Moscú anuncia que Chechenia no es ya el centro de operaciones «antiterroristas» en que la convirtió. Ahora el objetivo, según el presidente del Comité Nacional Antiterrorista, Alexander Bórtnikov, es la normalización de la situación, siguiendo esa lógica imperial según la cual las naciones sin estado no son capaces de normalizarse a sí mismas, sino que ha de ser la metrópoli quien planifique esa normalización en los planos político, económico o cultural.

Tras diez años aplicando una política de tierra quemada, habiendo exterminado a quien se le oponía con o sin armas, el Gobierno ruso parece vislumbrar un periodo en el que puede confiar el control del territorio al Gobierno títere local. Sin embargo, no resulta creíble que éste vaya a ser el comienzo de una verdadera normalización y el final de las aspiraciones de una nación cuya historia está fuertemente marcada por su lucha contra los invasores. En cualquier caso, el mayor problema del Kremlin y motivo de la decisión anunciada ayer no parece ser Chechenia, sino otras repúblicas, además del enorme coste económico que conllevaba mantener la situación de excepción.

No ha terminado la ocupación de Chechenia, sino la situación de excepcionalidad basada en la represión pura y dura, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que los derechos, ni individuales ni colectivos, de los chechenos vayan a ser respetados.


Una cosa que quede claro, la estrategia de castigo dirigida exclusivamente hacia niños y adolescentes rusos llevada a cabo supuestamente por la insurgencia chechena fue más allá de los que se pueda catalogar como "actos desesperados" y más bien la emparenta con las operaciones de limpieza étnica llevadas a cabo por el Ejército de Liberación de Kosovo, por ejemplo, es obvio que por tratarse de Rusia la CIA estuvo involucrada en el desastroso y criminal operativo en Beslan, ciudad localizada en Osetia del Norte y no propiamente en Rusia. Cualquier operativo insurgente en el que participe la CIA queda por principio automáticamente deslegitimado.

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