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miércoles, 11 de marzo de 2009

Saldise : El Escudo del Pueblo

Este escrito de Iñigo Saldise describe una coyuntura muy especial en la historia de Nabarra para todos aquellos que quieran entender a cabalidad la vocación democrática del pueblo vasco:

Iñigo Saldise Alda

El escudo del pueblo (I)

En el año 824, los vascones libres e independientes, a los cuales se les conocía con el término político de navarros, alzaron como rey sobre un escudo a uno de los suyos, de nombre Eneko Aritza. Este acto político está cargadazo de gran simbolismo, ya que la confianza puesta sobre el monarca, se sustentaba en la confianza de aquellos que sujetaban el escudo, única manera de que el rey se levantara sobre el resto.

Posteriormente, con la entrada de una dinastía extrajera, ajena y extraña a las costumbres de los navarros, concretamente la dinastía normanda de los Champaña, el pueblo navarro exigió a su nuevo monarca el cumplimiento de las leyes propia de los naturales del país, por lo que Teobaldo I el Trovador, se vio en la obligación de recopilar las costumbres navarras en el Fuero General. Éste trabajo se llevó a cabo por juristas anónimos, no solo del país, entre los años 1234 y 1253.

El texto definitivo del Fuero General del Estado de Navarra, en forma de Reino, se fija a principios del siglo XIV, y se recoge en doce capítulos. Consecutivamente, los reyes Felipe III en 1330 y Carlos III en 1418 aprobaron amejoramientos de estas leyes navarras o Fuero, siempre con la intención de mejorarlas y nunca realizando modificaciones para empeorarlas.

Por lo tanto, decir Fuero es personificar y reseñar a las leyes y costumbres civiles, políticas, administrativas y/o económicas del Estado propio navarro y más esencialmente al régimen jurídico existente durante siglos en el Reino de Navarra, siendo la base de las libertades del pueblo navarro, ante la autoridad del monarca o jefe del Estado de Navarra, viéndose éste supeditado al cumplimiento de las leyes del pueblo.

La Junta de Infanzones de Navarra, que normalmente se reunía en Obanos, se constituyo en tiempos de Sancho II el Fuerte, quién la reconoció y ampliando sus competencias hasta el campo de la justicia, se dedicó en este periodo de nuestra historia, a ejercer las potestades civiles, políticas y jurídicas en sus más legítimas formas sociales, defendiendo el Derecho de identidad de Navarra y sus habitantes, ante las dinastías no propias del pueblo, como eran los Champaña y los Capeta.

Ésta Junta tiene más de 100 años de existencia y una rebelión activa contra la tiranía del poder real de más de 50 años, lo que avalan una voluntad de libertad, la cual solo mediante la utilización de la fuerza fue acallada y posteriormente silenciada. Lucharon por un autogobierno y buscaron alcanzar la propia soberanía navarra.

Los infanzones navarros, a diferencia de los grandes barones del Reino, contaban con un tribunal propio, alcanzando rentas que la corona, en manos ajenas al país, ambicionaba. Esta institución independiente y fuera del estamento oficial, precisamente por su malestar con la corona, se creo para defender sus intereses mutuos en contra de los atropellos de los ricos-hombres próximos al poder Real y contra los malhechores en general, que atormentaban al pueblo navarro.

La Junta de Infanzones de Navarra, tenía el derecho de emitir sentencias y ejecutar justicia, mientras que para Goñi Gaztambide, esta Junta es una de las primeras instituciones democráticas del mundo.

El rey Teobaldo I el Trovador, consideró a la Junta de Infanzones como subversiva y que usurpaba las funciones públicas. Teobaldo II el Joven, tuvo las mismas consideraciones y como bien nos señala Pello Esarte, durante estos reinados, la Junta fue perseguida con censura eclesiástica y reiteradas multas. A pesar de ello, los infanzones continuaron su trabajo en post de las libertades navarras, desde la clandestinidad.

Al comienzo de estas Juntas, todos sus miembros eran infanzones de la Alta Navarra, no contando constancia de la participación de la Merindad de Ultrapuertos hasta el año 1298. En los documentos de la reunión celebrada en Iruñea, de 23 de Agosto de ese año, aparecen representantes de Donibane Garazi, de Cize, Arberu, Oses y Baigorri, al igual que del Baztan, lo que demuestra que este movimiento se extendió por todo el Reino, a pesar de su persecución inicial de los primeros monarcas de la dinastía de Champaña

El 1 de Septiembre de 1307 tuvo lugar una reunión, todavía más amplia de la Junta. A esta se le unieron los prelados y nobles, junto a los diputados de las villas, para responder conjuntamente a cuatro cartas escritas en Toulouse por el rey de la dinastía Capeta, Luís I el Obstinado, demandándole ante su impertinencia, su inminente presencia en Iruñea, para jurar el Fuero de Navarra, si quería ser alzado sobre el escudo como rey de los navarros.

Con la entrada de la dinastía francesa de los Capeta, se incentivó aun más la lucha, siendo ésta más abierta contra el poder autoritario de unos monarcas afincados en el extranjero, concretamente en su trono francés, despreciando una y otra vez las leyes propias del Estado de los navarros.

La Junta de Infanzones de Navarra, nos dejó un gran lema en su escudo y sello: "Pro libertate patria gens libera state", que viene a decir lo siguiente: En pie los hombres libres, por la libertad de la patria.


Para mayor información como esta no se olviden de visitar el blog Soberanía de Navarra.

Con respecto a los Infanzones de Obanos hace un par de años reprodujimos esta nota con respecto a la estela en su honor localizada en Amaiur.

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