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domingo, 26 de noviembre de 2006

La Legalidad de Batasuna

Este texto nos ha llegado vía correo electrónico:

Una hipocresía peligrosa

Sebas Bedouret | Responsable de Txalaparta Irratia París
Podemos llegar a imaginar, aunque no sea fácil, que Zapatero y sus amigos del PSOE, cambien la Ley de los Partidos a fin de permitir que Batasuna vuelva a ser un partido político legal, pero hacer una lista de todas las presiones a las que están sometidos es totalmente inútil, todo el mundo las conoce, y no aportaría nada al debate.

Podemos llegar a imaginar que lo primero que La Moncloa pensó fue pedir a Batasuna que cambiara de nombre, de estatutos y de dirigentes y, así, constituir un nuevo partido... legal. Según esta manera de pensar, los que tienen que hacer los esfuerzos son siempre los otros...

Pero llega un momento en el que, si se nos pide que seamos honestos, los que lo piden deberían serlo también. Puedo comprender que hacer que Batasuna deje de ser un partido ilegal no es, políticamente, cosa fácil, sobre todo cuando los que lo tienen que hacer formaron parte de los que la ilegalizaron. Puedo comprender que esa decisión podría ser una píldora difícil a hacer tragar al Partido Popular y que podría ser, también, un obstáculo más en las relaciones entre los dos partidos... ¡Pero, sin embargo!

Batasuna existía ya antes que existiera la Ley de los Partidos, se constituyó dentro del marco de la ley y más tarde se creó la Ley de los Partidos con un único objetivo, con una única voluntad, la de ilegalizar a Batasuna, Batasuna y toda su historia precedente, y a ningún otro partido. Todas las plataformas electorales que, más tarde, han sido creadas por los y las ciudadanas de izquierdas e independentistas se han ido ilegalizando en base a esa misma ley... demostrando claramente, y sin un mínimo atisbo de cualquier tipo de duda, que lo se había ilegalizado no era únicamente un partido político, Batasuna, sino cualquier tipo de expresión estructurada de las aspiraciones independentistas desde el punto de vista de la izquierda.

Por ello, si admitimos este postulado, debemos también admitir que no incumbe a Batasuna incorporarse a la legalidad, sino todo lo contrario, es la legalidad la que debe aceptar a Batasuna. No han de ser los dirigentes de Batasuna, ni sus militantes, ni su base social, los que han de crear otro partido político para defender las mismas ideas que defienden ya a través de Batasuna. Además, volver a ser legales de esa manera es totalmente ridículo. Más aún, exigir que Batasuna cambie de estatutos, de nombre, de dirigentes, no asegura a la izquierda independentista la legalidad, puesto que ilegalizando Batasuna, España lo que hacía era plantear la imposibilidad de constituir cualquier otro partido que defendiera los mismos objetivos políticos de Batasuna. Por ello, lo que pide realmente Zapatero a Batasuna, no son unos nuevos estatutos constitutivos, lo que le pide es que renuncie a sus objetivos políticos. Y renunciar a sus objetivos políticos no es y no podrá ser nunca aceptado por la izquierda independentista vasca, actitud que demuestra su fuerza y su grandeza.

El Movimiento de Liberación Nacional Vasco no ha cesado, desde hace meses, desde hace años incluso, de demostrar su valor político al tender su mano continuamente para llegar a una paz duradera. Ha mostrado, constantemente, su voluntad de encontrar una salida al conflicto, presentando propuestas de paz, proponiendo bases concretas para el diálogo. La oportunidad actual nació un día de noviembre de 2004 en el que Batasuna presentaba "Orain herria, orain bakea". La ocasión que vivimos, la que la Unión Europea, el Vaticano, la Casa Blanca y el mundo entero aplauden, es una consecuencia de la propuesta de Batasuna, propuesta aceptada por ETA en varios comunicados y apoyada activamente cuando esta organización declaraba, hace ocho meses, el alto el fuego permanente. ¿Y todavía es Batasuna la que tiene que demostrar su buena voluntad?

Tal como se digo al principio de este texto, es posible que legalizar a Batasuna no sea cosa fácil, desde un punto de vista político, para Madrid. Es posible que el gobierno español y el PSOE estén sometidos a grandes presiones. Pero hoy, ante el bloqueo actual del proceso, ante los riesgos fundados y justificados de ver este proceso romperse, es completamente inconcebible pedir a Batasuna que sea ella la que haga el esfuerzo de incorporarse a la legalidad.

Batasuna nunca ha salido de la legalidad, se le sacó. Que los que lo hicieron, le devuelvan esa legalidad robada.






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