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domingo, 15 de octubre de 2006

Coro Vasco en Alemania

Este artículo ha sido publicado en el Diario Vasco:

El Coro Gaztelupe unió a vascos y alemanes

Sus actuaciones en Fráncfort y Berlín mejoraron los lazos con sendas asociaciones vasco-germanas y con el ayuntamiento de la capital económica europea

MIKEL SORO/

SAN SEBASTIÁN. DV. «Mitwirkung des Kammerchores Gaztelupe aus Spanien in der Hl. Messe / anschliessend kurzes Konzert». Así anunciaba la actuación del Coro de Cámara Gaztelupe el programa de mano de la acogedora iglesia berlinesa de San Luis donde la coral guipuzcoana iba a cantar misa y posteriormente ofrecer un recital el pasado 27 de septiembre. Era el que cerraba su periplo de ocho días por Alemania, donde acudió acompañado por medio centenar de seguidores en un viaje musical y turístico organizado por la agencia donostiarra Best Travel.

El periplo musical había comenzado en Francfort, en la recepción oficial que la diputada de los verdes Cornelia-Katrin von Plottnitz ofreció a la expedición en el imponente salón presidido por los retratos de los reyes sajones y germanos que rigieron el país desde Carlomagno. Muy cariñosa, se mostró feliz de la presencia del prestigioso coro guipuzcoano. La traducción de sus palabras estaban a cargo de Martin Petrus, director de la Euskal Liburutegia de la Euskal Ikaskuntzen Alemaniako Etxea, cuya sede está en la sexta planta del imponente edificio principal de la universidad local Goëthe.

El Coro Gaztelupe le correspondió con unas palabras de agradecimiento de su presidente, Jesús Santos, quien entregó a la diputada y a la vez secretaria del consistorio una barandilla de La Concha, donada como siempre por la joyería Ayestarán, un compacto, un libro de fotos de Donostia y otros aportados por este periódico. Posteriormente, el coro interpretó una selección de su repertorio, empezando por Festara y dedicándole a la anfitriona y a todas las mujeres presentes Ume eder bat. La coral la componían en esta ocasión Jesús Santos, Mikel Plazaola, Jesús Mari Jauregi, Xabier Maresma, Isidro Bengoetxea, Manuel Arbiza, Víctor Alkorta, Josean Zubeldia, Bruno Iriarte y Paulino Caballero, dirigidos por Jaime Tejadas. Un aperitivo del excepcional vino blanco del Rhin puso punto y final a esta recepción en el bellísimo edificio municipal.

La primera actuación oficial se realizó en la iglesia de San Bonifacio, organizado por el grupo de alumnos de euskera, la mayoría de los cuales acudió al concierto. Una hora de duración que cosechó enormes aplausos, especialmente de estos alemanes que también se sienten vascos. Sobre todo cuando cerraron la actuación cantando la canción popular alemana Die rotter nasee (La nariz roja), que hace referencia a las consecuencias de beber su famoso vino.

En el descanso del concierto, Santos, como presidente, entregó a Simone Franzmann, la joven que se encarga en la iglesia de las actividades juveniles, una reproducción de la barandilla de La Concha y a Martin Petrus, una txapela con la inscripción de recuerdo de la visita, el compacto del coro -que vendió una veintena de ejemplares entre los asistentes germanos- más un libro de pelota y otro de Paseos por Gipuzkoa y un mapa en relieve de nuestro territorio donados por nuestro periódico. A su vez, el director de la liburutegi de Francfort entregó al coro un pequeño libro de la historia de su ciudad.

La anécdota de la noche fue encontrar a un taxista joven local, que se llama Jon, porque así le bautizó su familia vasca residente en San Juan de Luz y Biarritz. Contó que practicaba aquí surf. Estaba deseando conocer Donostia y Zarautz para practicar.

Con 'Gernika' en Berlín

Tras un periplo turístico por las bellísimas Colonia, Bremen y Hamburgo el Coro Gaztelupe y sus acompañantes llegaron a Berlín, la monumental capital germana. Aquí, la asociación Gernika, que reúne a alemanes interesados por la cultura y lengua vasca y a vascos residentes, organizó una misa cantada seguida de un concierto en la pequeña pero maravillosa iglesia de San Luis. La misa, concelebrada por tres sacerdotes, se cantó desde el coro, donde el organista Norbert Gembaczka deleitó con su virtuosa interpretación. Pero también se quedó con la boca abierta de admiración tras oir al Coro Gaztelupe cantar Santa María y Oh Salutaris Hostia. Zubeldia abrió la misa cantando con sentimiento Zatoz.

El concierto, de sesenta minutos, se ofreció desde las escaleras del altar, con interpretaciones de fina sensibilidad vocal como Maitia nun zira, o la potente Euskalerriko. También se ofreció la popular La nariz roja que levantó de sus asientos a los alemanes amigos de los vascos.

En el descanso, nuevamente Santos entregó la barandilla al organista, que se quedó al concierto, y la txapela a la donostiarra Ainhoa Añorga Osa, miembro de Gernika y dedicada a la venta de billetes de avión para distintas compañías. Ella, junto a sus compañeros de la asociación vasco alemana Constanze Lindemann y Hans-Joachim Wilke se sumaron a la cena con todo el grupo. Wilke es un jubilado que habla euskera perfectamente, se dedica a leer obras en vasco y acaba de traducir al alemán la novela de Anjel Lertxundi Hamaseigarrenean, aidanez. Ahora quiere pasar al euskera cuentos y leyendas tradicionales germanas y escribir sus vivencias en euskera.

El regreso se complicó y alargó en un día a parte del grupo por culpa del retraso de Lufthansa.


Otra lección para los ultra-españolistas, en Alemania existen grupos en pro de los vascos y uno de ellos se llama ni más ni menos que Gernika, sí, esa ciudad que bombardearan los Nazis a pedido de los franquistas, hecho por el que el gobierno alemán ya ha pedido perdón a los vascos a diferencia del gobierno español que a la fecha sigue suscribiendo la "versión oficial", que a Gernika la quemaron "los rojos" y que las víctimas no ascienden a más de una docena.

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