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martes, 5 de julio de 2005

Entrevista a Pernando Barrena

Esta entrevista a Pernando Barrena, portavoz de Batasuna, ha sido publicada en Noticias de Navarra:

"El diálogo debe y puede comenzar ya, pero está claro que no habrá acuerdo resolutivo en un contexto de violencia"

¿Cómo valora Batasuna el momento político actual?

Estamos en la mejor situación de los últimos 25 años para poder alcanzar un escenario de paz. Han existido otras oportunidades serias, pero jamás habíamos llegado a una situación tan madura como ésta en la que prácticamente todos los agentes políticos hablan de cambio político, de diálogo y de los instrumentos necesarios para ello. Personalmente, soy optimista, pero a la vez prefiero mostrarme cauto porque es cierto que a pesar de que existan expectativas reales, hoy por hoy no podemos afirmar que haya ningún tipo de proceso de paz en marcha.

Las expectativas están abiertas, es cierto, pero no se detectan niveles de optimismo importantes en la sociedad. ¿Por qué?

Precisamente por eso, porque a pesar de que existen esas expectativas y la sociedad percibe que "algo se está moviendo" todavía no hay elementos "tangibles" que permitan hablar de que algo está en marcha. Anteriores experiencias frustrantes hacen que la sociedad prefiera ser prudente y yo creo que es una actitud muy razonable.

¿Quizá porque seguimos asistiendo a un intercambio de mensajes y valoraciones positivas, pero faltan concreciones para impulsar el proceso?

Claro, eso va por ahí. Lo cierto es que poco a poco van llegando ciertas concreciones que van más allá de las declaraciones y que, a mi juicio, van sentando condiciones para hacer posible la Mesa de Partidos, que en definitiva es la que debe de elaborar el acuerdo político que asiente un escenario de paz. La decisión de ETA de no actuar contra los cargos electos del PSOE-PSN y PP-UPN es un paso concreto que ayuda a que la situación madure en la dirección correcta.

Pero ETA mantiene sus atentados, un camino que queda lejos de la apuesta por las vías políticas y democráticas de Anoeta.

Como acabo de decir, ETA ha decidido cerrar el frente que más ha afectado a este país en los últimos años, el de los electos españoles, y eso lejos de ser una involución, es un paso en la dirección correcta y contribuye a crear el el clima necesario para que la herramienta del diálogo y el acuerdo cobre la centralidad política que necesita.

Sin embargo, no puede obviar que aún mantiene la amenaza de pena de muerte sobre muchos ciudadanos.

ETA no ha actuado directamente contra la vida de nadie desde hace dos años. Creo que cabe deducir que detrás de ese hecho hay una voluntad real de que eso sea así para posibilitar otras vías que lleven a un eventual entendimiento que despeje de una vez por todas la variable armada de este conflicto político. El cierre del frente contra los electos de partidos españoles es un primer paso que tiene que traer en la medida que la situación avance el cierre por parte de todos los que utilizan la violencia del resto de frentes que mantienen abiertos: el frente judicial, el frente de la dispersión contra los presos… En definitiva, el objetivo debe ser una distensión multilateral para que todos los derechos sean respetados a toda la ciudadanía en todo el ámbito del país.

Se lo pregunto, porque usted acusó al Estado de no saber lo que es una tregua, pero no le ha hecho el mismo reproche a ETA.

Eso lo dije porque hay quien basa su discurso en una mera exigencia a ETA de que pare cuando a la vez mantiene en activo todas sus herramientas de coacción como la ilegalización, las detenciones de militantes políticos, la dispersión de los presos o la utilización de la justicia para la persecución de ideas. Quien exige distensión está obligado a aplicarse la receta y lo cierto es que en los últimos meses la única medida de distensión que hemos conocido, aunque parcial, ha sido la decisión de ETA de no actuar contra los cargos electos.

¿Cómo interpreta el aumento de los actos de la llamada kale borroka?

No creo que quepa hablar de aumentos. Es un fenómeno de respuesta espontánea que une su existencia a la de una política represiva por parte del Estado que hoy por hoy sigue siendo tan activa como la del PP. A mí no me preocupa como factor de análisis político; estoy seguro que desaparecerá tan pronto seamos todos capaces de crear condiciones políticas para una distensión multilateral real.

Sin embargo, este fenómeno lastró negativamente de forma importante el proceso abierto con la tregua de 1998 cuando una de las claves del discurso de Anoeta es no repetir errores del pasado.

El objetivo debe ser que en el contexto de resolución, toda actividad violenta no tenga justificación alguna. Hay que realizar una labor de convencimiento para que el acuerdo político conlleve una situación de no violencia. De todas formas, es curioso que haya quien piense que un cóctel molotov reduce las expectativas de solución y nadie se preocupe porque en el último año dos ciudadanas navarras hayan muerto in itinere a causa de dispersión de los presos. La visión de qué ayuda y qué no debe ser global, si es únicamente de parte no funciona y no es real.

Incluso resulta contradictorio aumentar los ataques a las sedes de los partidos políticos cuando ETA anuncia una tregua parcial contra los representantes políticos.

Insisto que no creo que pueda hablarse de un aumento de ese fenómeno que en cualquier caso debe ser tenido en cuenta en los parámetros que antes comentaba.

¿Puede haber una visión doble en el seno de ETA o incluso del MLNV sobre el final de la violencia?

Alguien está interesadamente difundiendo bulos en ese sentido, pero se va a encontrar con la realidad de una Izquierda Abertzale que está totalmente compactada detrás de la Alternativa de Anoeta y la prioridad de dar pasos hacia un escenario de paz con derechos.

¿Batasuna ha mantenido contactos con el Gobierno del PSOE?

No, aunque si tuviera oportunidad de mantenerlos lo haría por responsabilidad.

¿Y con el PSOE?

Tampoco. Rotundamente no. Como ya hemos dicho en algunas ocasiones, nuestra relación con ese mundo se limita a algunas conversaciones esporádicas con militantes socialistas que nunca han ido más allá del ámbito personal.

¿Y cree que ha podido haber diálogo ya entre Gobierno y ETA?

A nosotros a fecha de hoy no nos consta. Ojalá podamos decir lo contrario cuanto antes, porque es necesario que ETA y el Gobierno hablen, máxime cuando los dos han mostrado voluntad para poner en marcha esa vía. Es necesario que hablen, aunque no es suficiente. ETA y el Gobierno ni pueden ni van solucionar el conflicto político; eso es tarea de los agentes políticos del país.

¿Cuál sería en su análisis un paso significativo del Gobierno de Rodríguez Zapatero ahora?

El paso que todos los agentes políticos deberían dar a mi entender es en el sentido de avanzar hacia la constitución de una Mesa de Partidos que, insisto son los que deben de buscar fórmulas políticas que asienten un escenario de paz. Las medidas de distensión en el ámbito del desarme, presos y reparación de las víctimas deben ser acordadas entre el Gobierno y ETA, ellos son quienes deben acordar cómo y cuándo; y sobre todo, ambos deben de comprometerse a respetar el acuerdo final alcanzado entre los agentes políticos del país.

Cuando Batasuna habla de blindar el proceso entre los partidos políticos vascos, ¿que diseño prevé?

Cuando hablamos de Mesa de Partidos, no queremos referirnos a algo físico en sus comienzos. La dinámica de diálogo debe avanzar de manera discreta entre los partidos de modo bilateral, multilateral, etcétera y solamente recurrir a la mesa física para abordar la puesta de largo de un eventual acuerdo. No creo que nadie quiera a estas alturas escenificar un fracaso en público y por eso hay que ser extremadamente prudente. La puesta en marcha de esa dinámica va a requerir que los agentes políticos acuerden en primera instancia cuáles son las condiciones ambientales necesarias, cómo se gana confianza mutua, cuál es la agenda, los plazos… Batasuna tiene su propio planteamiento y ya lo está trabajando en privado; esto no es algo que se pueda hacer a través de los medios de comunicación, si queremos que llegue a buen puerto.

En todo caso, PSE y PP ya han dicho no estar dispuestos a acudir a foros de diálogo con Batasuna. ¿Qué opina?

Todos tenemos nuestros límites y nuestros márgenes de actuación, sobre todo en el plano público. Nosotros no vamos a discutir a través de los medios sobre cómo debe comenzar la dinámica de mesa. Lo que es cierto, y es lo más importante, es que cuando hablan de un foro de diálogo, están aceptando que hay algo de qué hablar y solucionar. Eso es lo importante. El cómo, cuándo y para qué habrá que acordarlo entre todos y la Izquierda Abertzale tiene la intención de facilitar las condiciones necesarias para que el foro de partidos sea posible. De hecho, llevamos dos años trabajando en el Foro Nacional de Debate y hemos alcanzado un acuerdo con otros 50 partidos, sindicatos (EA, Aralar, AB, ELA, LAB…) y agentes sociales en torno a los principios que debería guiar una Mesa de Partidos para la resolución política. No decimos que esa sea la receta redonda , pero esa es la labor que hace dos años venimos ya realizando de manera conjunta, y sin duda es una base importante.

Todo (los posicionamientos del Gobierno, de los partidos y las resoluciones de las propias instituciones) indica que la voluntad de abandonar la violencia como instrumento político es el paso previo necesario. ¿Prevé el análisis político de Batasuna un paso en ese sentido por parte de ETA?

ETA ha dejado constancia a través de sus comunicados de que es hora de explorar vías hacia la paz. Por lo tanto, en mi opinión, esa voluntad es constatable y real. Yo no pienso que un paso por parte de ETA sea algo previo a la constitución de una mesa de partidos. La Mesa de Partidos puede y debe comenzar a trabajar ya. Otra cosa es que un acuerdo resolutivo jamás podrá alcanzarse ni tener virtualidad alguna en un escenario de violencia, y Batasuna ya mostró su compromiso al respecto en el Documento de Anoeta. Eso a mí entender es así, no hay acuerdo resolutivo posible en un contexto de violencia, y eso es aplicable tanto en el caso de ETA como en el del Gobierno español.

¿Qué opina del apoyo de dos parlamentarios de EHAK al nuevo Gobierno de Ibarretxe?

Me parece que demuestra el nivel de responsabilidad con el que actúa la Izquierda Abertzale. Lejos de apostar por el bloqueo del Parlamento de Gasteiz, se han utilizado posiciones en clave positiva para priorizar por encima de todo, que ese ámbito institucional sea un activo para la paz. El hecho de que la Izquierda Abertzale decidiera otorgar a Ibarretxe el mínimo de votos necesarios para ser investido, hay que entenderlo en ese sentido, ya que no hubo acuerdo previo de ningún tipo con el Tripartito.

¿Prevé un acuerdo de fondo a tres bandas, también con el PSE?

La paz nos necesita a todos, a los abertzales institucionales, a la Izquierda Abertzale y también a al constitucionalismo español que representan las posiciones de PSE-PSN y también PP-UPN. Es lo que últimamente se denomina esquema de triangulación. Es evidente que a fecha de hoy el vértice del constitucionalismo español está representado únicamente por el PSOE, principalmente porque el PP sigue estando en donde estaba hace 8 años. El PSOE debe ser parte de la solución, porque también es parte del problema; el reto es cómo llegar a un acuerdo entre todos sobre las reglas del juego, no sobre cuál es el mejor modelo político o de país. Y esas reglas democráticas tienen que partir del respeto a la decisión mayoritaria de la ciudadanía y el derecho a defender cualquier proyecto y poder hacerlo realidad siempre y cuando cuente con el apoyo social necesario para ello.

Batasuna ha hecho un análisis propio sobre Navarra. ¿A que conclusiones ha llegado?

Las grandes claves políticas que afectan a la situación en Navarra no son diferentes a las del resto del país. Tenemos un status político en crisis, que ya no sirve para abordar los retos del futuro, y creo que socialmente es mayoritaria la idea de que cualquier cambio político debe servir fundamentalmente para asentar un escenario de paz y derechos. Por eso decimos que el debate sobre la paz, la distensión y el cambio político no sólo afecta a los navarros y navarras sino a todos los vascos. Eso nos lleva a concluir que el proceso de elaboración de una solución tiene que abarcar a todo el ámbito geográfico vasco, aunque eso no debe ser un obstáculo en absoluto para que la solución global tenga distintas concreciones según las necesidades de cada territorio.

El Parlamento abordará en septiembre el debate sobre la reforma del Amejoramiento, ¿cuál es su criterio?

Comenzamos el año hablando de la Ponencia de Autogobierno y hemos acabado hablando de Mesa de Partidos y Consulta Popular. Para nosotros es un avance notable. Difícilmente una mera reforma del Amejoramiento va a traer soluciones. No es época de maquillar sino de arreglar, y ese arreglo tiene que venir de la mano de la aceptación de que los navarros y navarras tenemos que tener reconocida la capacidad de decidir como el resto de vascos y vascas.

"Navarra es la clave para la resolución del conflicto", dice Batasuna y UPN lo interpreta como un chantaje a la voluntad de los navarros. ¿Qué quieren decir exactamente?

Que Navarra jamás va a ser nada que no quiera ser, y que la voluntad de la ciudadanía es la que debe decidir cuál debe ser el rumbo de este territorio. La capacidad de decidir sólo puede asustar a quien ve en peligro su status político particular si son los navarros los que deciden; pero eso ni es legítimo ni democrático.

Usted reprochó a Chivite "seguir instalado en un discurso de guerra". ¿Es diferente el discurso del PSN al del PSE o PSOE?

No muy distinto, pero Chivite sigue instalado en el desprecio a Batasuna, en el discurso de la ilegalización… por ahí no va a llegar a ninguna parte y le recomiendo que comience cuanto antes a pisar tierra. La Izquierda Abertzale existe, condiciona y ya es un interlocutor insoslayable también para el mundo socialista, si es que quiere llegar a soluciones reales.

La ilegalización dejó a Batasuna fuera de las instituciones forales, ¿prevé recuperar esa presencia en 2007?

Desde luego. Batasuna va a estar en el Parlamento de Navarra en 2007.

¿Cabe un acuerdo con NaBai?

NaBai se basó desde el principio en el apartheid contra la Izquierda Abertzale. Hay que buscar ámbitos de colaboración entre las fuerzas de izquierda y abertzales de Navarra, pero NaBai no es un instrumento válido para ello. A nadie le gusta subirse a ningún tren en marcha y menos cuando desde un comienzo ha partido en una dirección errónea y se le ha impedido comprar billete de malas maneras.

¿Y con Aralar? En Navarra, es tras las elecciones de 2003 el partido mayoritario en el espacio de la izquierda abertzale.

Niego la mayor. En las elecciones forales obtuvieron un número de votos similar a AuB que se presentó en condiciones de ilegalidad. Si alguien piensa que Aralar está por encima de la representatividad de la Izquierda Abertzale o Batasuna, no conoce la realidad social y política de Navarra y le emplazo a las forales y municipales del 2007 para darse un baño de realidad.

¿Cómo valora las pintadas e insultos a Patxi Zabaleta?

Me parece realmente desafortunado y lo siento personalmente por él y su familia. Una cosa es que su comportamiento para con la Izquierda Abertzale y con el Colectivo de Presos Políticos haya sido desleal, que en mi humilde opinión lo ha sido, y otra cosa es otra cosa.

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