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domingo, 13 de marzo de 2005

El Gran Ausente

El viernes, cuando leía las noticias me sorprendió ver que en el primer aniversario de los ataques terroristas en Madrid, una figura se mantuvo ausente, y esa es la del defenestrado ex-Primer Ministro José María Aznar.

En lugar de atender a por lo menos uno de los numerosos eventos celebrados a lo largo y ancho de su España Una, vamos, tan siquiera el que organizaron sus perros rabiosos del AVT que continúan su campaña agresiva en contra de los familiares de las víctimas de aquel negro 11 de Marzo.

¿Dónde estaba Aznar?

Muy contento impartiendo una de sus lecciones acerca de el Cid Campeador a un público de taraditos del Tec de Monterrey.

¿Quien tuvo la mayor bajeza moral?

¿Los del Tec por invitar a dar a una conferencia a un político mentiroso y fascistoide en el mismísimo aniversario de una tragedia en la que el invitado es responsable en gran parte?

¿O la basura humana de Aznar?

Para mí tanto los del Tec como Aznar son inmundicia que infecta a la humanidad.

Marcos Roitman quien escribe para La Jornada le dedicó varias alabanzas al Franco Redux en su columna titulada "Aznar, la deshonra de un político".

Estas son algunas de las partes que más le agradaron al autor de este blog:

No existe en la historia de España otro caso similar. La vanidad de Aznar y su falta de escrúpulos quedan patentes en su historial. Instalado en el palacio de la Moncloa realiza gastos superfluos anclados en el boato de quienes buscan en la ostentación y el lujo cubrir su déficit de carácter y su escasa talla política. En esta singladura tal vez sea superado por Vicente Fox y señora en la residencia oficial de Los Pinos.

El Partido Popular, pensó, gobernará España como su ídolo Francisco Franco y su mentor Manuel Fraga Iribarne. Ambos, uno desde la tumba y el otro como presidente de la Xunta de Galicia, podrán sentirse orgullosos de su pupilo, convertido en artífice de la reconquista. Aupado por Pinochet, su otro gran aval intelectual, hasta que cayó en desgracia, Aznar estaba seguro de haber contribuido al fin del comunismo y la maldición terrorista. Ahora se ve entrar en el siglo XXI como un grande de España, eclipsando a sus sucesores.


Y esta es la que debiera tener pensando a los españoles (y a uno que otro imbécil estadounidense aún enamorado de Aznar por el apoyo prestado en Irak):

No escarmentados de la guerra de Irak, se sienten todopoderosos. Llenos de alegría contenida, los sucesos permiten hacer una jugada de última hora: atribuir a ETA su autoría. Oculta pruebas, presiona a periodistas, embajadores y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que emita un comunicado condenatorio en el que se presenta a ETA como la hacedora de semejante ignominia. Toda una estrategia para ganar las elecciones y no pensar en absoluto en el dolor de las víctimas ni en las causas de los atentados.


Puedes leer la columna entera aquí tambien.

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